Hitos en nuestra Parroquia.
El cardenal Cobo, en la Jornada Nacional de Manos Unidas: «Para el hambre no hay plan B»
13 Febrero 2024.
El cardenal arzobispo de Madrid, José Cobo, ha presidido este domingo la Eucaristía en la parroquia Virgen del Mar, de San Blas-Canillejas, con motivo de la Jornada Nacional de Manos Unidas. Durante este mes de febrero, la Delegación de Manos Unidas Madrid celebra su LXV Campaña contra el Hambre, convocada con el lema ‘El efecto ser humano. La única especie capaz de cambiar el planeta’.
Y es justamente sobre esta campaña que el cardenal ha reflexionado durante la homilía remarcando que «para el hambre no hay plan B»: «Dios puso al hombre y a la mujer sobre la tierra y nos hizo guardianes de nuestros hermanos. Desgraciadamente, muy pronto sucumbimos a la tentación de ser como Dios y eso fue el comienzo de nuestras desgracias». «Celebramos con cariño esta campaña de Manos Unidas que este domingo va unida también a la Jornada del Enfermo. Desde la experiencia profunda de sentirnos vinculados los unos a los otros, Manos Unidas nos anima a luchar contra la injusticia climática. La padecen muchas personas y lo vemos, por ejemplo, en la persistente sequía que obliga a las personas a moverse de sus ciudades, los refugiados climáticos”, ha subrayado el cardenal. Reflexionando sobre el Evangelio de este domingo, la curación de Jesús a un leproso, José Cobo ha remarcado que el Señor “toma partido y actúa”: «Su mensaje de salvación siempre va acompañado de gestos de sanación».
Basado en: Archidiocesis de Madrid – Vícaria II – Por: Santiago Tedeschi Prades
Monseñor Cobo se refirió también a la encíclica Laudato si’ con la que el Papa «toma partido por la ecología integral, que es mucho más que una mera opción por lo verde». «Una opción –explica– que nos vincula al sufrimiento y al hambre de muchísimas personas y que nos pone delante las enfermedades y las muertes trágicas, la hambruna y los desplazamientos forzosos en muchísimos casos evitables».
«Los pueblos del Sur juzgarán a los pueblos del Norte». El cardenal Cobo citó a san Juan Pablo II para referirse a la fractura de desigualdad «cada vez más evidente». «Por eso –aseguró el prelado–, hay que insistir, como hace Manos Unidas, en el concepto de injusticia climática, que no es un esnobismo de última hora, sino que supone vincular el cuidado que debemos a todos los seres humanos –especialmente a los enfermos y vulnerables– con el cuidado que merece la obra creadora de Dios».
Ese cuidado de la tierra para el arzobispo de Madrid no es una cuestión novedosa para nuestra tradición religiosa, sino que «tiene que ver con la teología más básica de la creación y también con el anhelo de cuidar de la obra de Dios».
«No hay nada peor que la actitud indolente y la indiferencia, por eso Manos Unidas nos convoca a cambiar nuestros estilos de vida», expuso José Cobo para explicar que vivimos en «una cultura utilitarista, extremadamente negligente con el cuidado de la vida en toda su extensión, que no tiene escrúpulos en maltratar y sobreexplotar al planeta instalados en una cultura individualista y del descarte».
Pero, para el Cardenal Cobo, es posible la esperanza porque el efecto ser humano «va para adelante». «Somos la única especie capaz de cambiar el planeta, porque, además de naturaleza, tenemos historia y, sobre todo, porque somos criaturas capaces de ser tocadas por la gracia de Dios, que hace posible que cambiemos eso, frente a una actitud depredadora del planeta», concluyó.
Basado en artículo de Manos unidas: «Para el hambre, no hay plan B»
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Enrique Abánades, párroco de Virgen del Mar: «Cuando uno descubre la Misericordia de Dios, puede dar lo que ha recibido»
Abril 02 de 2024.
«La fiesta de la Divina Misericordia se celebra el domingo siguiente a la Resurrección del Señor, dentro de la Octava de Pascua, en el llamado ‘domingo in albis’» nos explica Enrique Abánades, párroco de Virgen del Mar y del santuario diocesano de la Divina Misericordia.
«Fue instaurada por Juan Pablo II el 30 de abril del año 2000 coincidiendo con la canonización de santa Faustina Kowalska, el apóstol de la Divina Misericordia. Y se celebra en esta jornada, y no el 30 de abril, porque así se lo pidió el Señor a santa Faustina a través de distintas revelaciones, junto al hecho de que el atributo de la Divina Misericordia, que es el corazón de Dios, sea aún más querido por los fieles». A su juicio, «el objetivo es que la Iglesia tome conciencia de que Dios es misericordia. Por eso es una gran fiesta, en la cual se invita a los fieles a reconciliarse con Dios y a celebrar de manera agradecida los dones que el Señor nos da a través de su Divina Misericordia».
«El Señor – prosigue el sacerdote – le dijo a santa Faustina que en ese día Jesús abriría las puertas de su Divina Misericordia de una manera especial, con muchas gracias para aquellos que se acerquen a la fuente de la Misericordia. Por eso, es un día para tener conciencia del gran amor que Jesús nos tiene, y para experimentar que celebrar su misericordia ayuda a que la gente tenga más facilidad para perdonarse. Una fiesta para resaltar la gran misericordia, el perdón, el amor, la ternura y la bondad de Dios».
«San Juan Pablo II – añade -, gran devoto de la Divina Misericordia, vio que esa revelación a santa Faustina era cierta cuando la canonizó. Y, al instaurar la fiesta, está confirmando que esas revelaciones son reales. Una celebración para experimentar la misericordia de Dios de una manera concreta, real, pero sobre todo un momento para pararnos, reflexionar y dar gracias a Dios por esa bondad y esa misericordia».
Santuario de la Divina Misericordia
«El santuario diocesano de la Divina Misericordia – señala – fue erigido el 28 de septiembre de 2010 por el entonces arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela. Se ubica en la capilla de la parroquia Virgen del Mar, perteneciente a la Unidad Pastoral del Gran San Blas. Y nosotros celebramos la fiesta abriendo las puertas a todos los peregrinos de la diócesis de Madrid que quieran venir».
Un santuario, apunta, que «está situado en San Blas, un barrio humilde, sencillo, trabajador, donde existen realidades que marcan de alguna manera; situaciones muy duras y dolorosas, sobre todo desde el estigma que viene de los años 80 y 90, con la droga, también la situación de pobreza, la vulnerabilidad de las familias que viven en el barrio, y otras circunstancias que son muy, muy duras… Pues en esa realidad doliente y sufriente es en la que se centra el santuario de la Divina Misericordia. Pero no solo en este momento, con motivo de la fiesta, sino durante todo el año». Y es que, «todos los martes, a las 6 de la tarde, tenemos la hora de la Divina Misericordia, con el rezo de la Coronilla y lectura de textos del Evangelio y otros que tienen que ver con la Divina Misericordia, desde Juan Pablo II o el propio papa Francisco, que convocó el Año de la Misericordia. Y después celebramos la Eucaristía».
«El día de la fiesta de la Divina Misericordia – afirma – es muy especial, porque vienen peregrinando fieles desde diferentes parroquias, y grupos de la Divina Misericordia que celebran con nosotros esta jornada». Pero, advierte, «llegan también muchos fieles que tienen devoción a la Divina Misericordia, pero que no solo vienen a rezar, sino a practicar la misericordia. En ese sentido, colaboran en el barrio en diferentes actividades que se organizan a través de las parroquias de la Unidad Pastoral».
Practicar la misericordia
«En la Unidad Pastoral – indica – hemos entendido desde hace ya tiempo que la Divina Misericordia no es una devoción vacía, o una devoción simplemente piadosa, porque se corre el riesgo de que se convierta en una devoción intimista. Por eso, se intenta que sea una devoción práctica, es decir, que no se quede solo en la oración, sino que se centre también en la acción, en tocar con nuestras manos las llagas de Cristo en la realidad sufriente de nuestro barrio».
«Por eso – asegura -, en el triduo de preparación invitamos a personas que han encarnado la Misericordia en sus vidas. En concreto, este año contaremos con Agustín, párroco de la Cañada Real, que también estuvo de sacerdote en el barrio de Usera, trabajando con la realidad de la drogadicción. El segundo día intervendrá Teresa, cofundadora del hogar Jesús Caminante, que atiende la realidad sufriente de personas sin hogar, donde el Señor les llama a rescatar desde la calle y a restaurar a estas personas y ayudar a que tengan una vida digna, y que también ellos puedan convertirse en vehículos de misericordia, es decir, que atraigan a más gente que está en la calle para que pueda salir de esa situación. Y, por último, nos hablarán del Hogar Mambré. Lo hará Gabriel, un laico que se está preparando para ser diácono permanente en la diócesis de Madrid, y que es una inspiración de Dios para acoger a jóvenes en situación de vulnerabilidad. Mambré es un hogar familiar en el que estos chicos puedan restaurarse como personas, crecer como personas. Y ese mismo movimiento se está convirtiendo en una forma de apostolado, porque los propios chavales, después de verse rescatados y restaurados desde una experiencia de Dios, se acercan a la realidad del dolor de otros chavales y anuncian el Evangelio con la experiencia de su propia vida».
Misericordia hecha vida
«Esos tres son como los tres perfiles elegidos este año con los que intentamos mostrar a la Divina Misericordia – continúa -. Una misericordia encarnada en la vida, y echa vida. Es decir, que no se quede solo en una devoción vacía o individualista, sino en una devoción que me ayuda a amar a Dios y a encontrarme con su misericordia, que me empuja a salir a la calle, a la realidad, y tocar las llagas de Jesús en la realidad sufriente de la humanidad».
Para el párroco de Virgen del Mar, «ese es el modo en el que hay que vivir la misericordia. Y gracias a eso la devoción a la Divina Misericordia se va extendiendo: a través de la experiencia de tocar las llagas del Resucitado en la humanidad sufriente uno descubre que la misericordia es un modo de vida propio del cristiano, que debe estar atento a las diferentes situaciones y realidades donde se manifiesta el Resucitado. Esa experiencia, que parte siempre de la propia vida para después hacerlo con los demás, es el modo en el cual se va extendiendo la devoción y el cariño a la Divina Misericordia».
Considera que «cuando uno ve que Dios ha tenido misericordia de uno mismo, de sus fallos, de sus errores, de su sufrimiento, pero también de sus alegrías, de sus gozos…, puede dar lo que ha recibido. Porque cuando recibimos la misericordia de Dios nos damos cuenta de que lo que tenemos. Por eso lo devocional, tener la imagen de Jesús, nunca viene mal. Pero eso se queda vacío si yo no doy lo que he recibido». «Lo propio de la devoción a la Divina Misericordia es tener confianza en Jesús. Tener confianza en que Jesús siempre está en el camino de nuestra vida, que nos cuida, que nos abraza, que nos perdona, que tiene misericordia de nosotros. Y, desde esa confianza, vivir el día a día», concluye.
Basado en Infomadrid/ M.D.Gamazo: Archidiocesis Madrid- Vícaria II
La Virgen del Mar recorre por primera vez las calles del barrio de San Blas en el marco de su fiesta patronal
Miércoles, 07 junio 2023.
La parroquia Virgen del Mar – Santuario diocesano de la Divina Misericordia (Peones, 2) celebrará sus fiestas patronales los días 17 y 18 de junio con un amplio programa de actividades. Entre ellas, una salida procesional con la imagen de la Virgen que recorrerá por primera vez las calles de San Blas.
Basado en publicación: Archidiocesis de Madrid – Vicaría II
Una forma de vivir la Divina Misericordia.
Viernes, 23 de abril de 2021
Para ver toda la entrevista a nuestro Parroco: Enrique Abanades García, Link Aquí
Parroquia Virgen del Mar: las urgencias alimentarias del barrio.
Abril 10 de 2021.
ABC Madrid.
El templo, en el barrio de San Blas, tiene una feligresía mayor, con notable presencia de inmigrantes.
Vuelvo a San Blas, al barrio de San Blas y a la Unidad Pastoral, que lo nuevo siempre ilusiona. En esta ocasión a la Parroquia Virgen del Mar, plaza de Peones, 3, que dicen que la titular es la virgen patrona de Santander o, también, la devoción popular en Almería. Aunque la imagen de la Virgen del Mar de aquí no se parece en nada a la de mi tierruca. Me encuentro con un párroco joven, no sé si de los más jóvenes de Madrid, Enrique Abanades García , que me cuenta lleva no mucho tiempo. Sinceramente, no lo parece. Su ilusión, las ganas de hacer bien las cosas, de servir, la pasión que pone al explicar desde el más pequeño detalle al proyecto más ambicioso suple lo que le falta en años. Recordemos.
La Unidad Pastoral de San Blas —experiencia piloto de este Madrid en salida— está compuesta por las parroquias de San Blas, San Joaquín, Virgen de la Candelaria y ésta, que además está dedicada a la Divina Misericordia desde los tiempos en los que estuvo de párroco Diego Martínez Linares, quien dejó, por cierto, unas preciosas pinturas que ilustran la capilla del sencillo y cuidado templo. Al párroco le acompaña el sacerdote Carlos Andrés Diosa Londoño, como vicario parroquial. Es natural de Medellín (Colombia). Los dos forman parte del equipo de sacerdotes de la Unidad Pastoral, un equipo bien conjuntado que trabaja sin un proyecto prefijado, al compás del Espíritu, que es el que lleva la pauta. La parroquia Virgen del Mar tiene una feligresía mayor, con notable presencia de inmigrantes . Pero se palpa que aflora una nueva generación de familias que se acercan a la parroquia . Encuentran ese sabor de hogar, ese espíritu de familia tan necesario ante las inclemencias de la vida.
Virgen del Mar está volcada en la caridad. Cada semana está desbordada ante las peticiones urgentes de comida. Es una especie de urgencias alimentarias de la zona. En la entrada hay un aviso que dice: «En Cáritas se necesitan: arroz, aceite, atún, Cola Cao, galletas, legumbres, foie gras, tomate frito y sopas de sobre». Más claro, agua. Atienden a una veintena de familias por semana que vienen a por los alimento básicos. E n los últimos tiempos se percibe un incremento de demanda ante la prolongación de los ERTE y los problemas con el ingreso mínimo vital , que no se está recibiendo de forma regular. No lo olvidemos, la parroquia da alimentos de urgencia, no como una costumbre, sino de manera especial para solucionar la necesidad inmediata. El párroco destaca la estrecha colaboración con el Ayuntamiento y con las asociaciones de la zona. Una colaboración en la asistencia básica , a través de los servicios, sociales, y en la salud. Ahora se está trabajando conjuntamente con el proyecto ‘Atender soledades’.
Pero la parroquia Virgen del Mar es también un potente foco de atención espiritual, una luz para la vida de los fieles a través de la devoción a la Divina Misericordia. Una devoción muy arraigada tanto en la parroquia como en la zona. Una devoción que tiene que ver con la realidad que cada uno vive, con el sufrimiento de las personas. No pocos fieles se sienten tocados en su corazón por el amor. Es el modo de Jesús de presentarse en su humanidad y de introducirnos en la lógica de su divinidad. Una devoción que se traduce en las obras de misericordia. Mañana, por cierto, es su gran fiesta. Se ha preparado en tres días, en los que se ha hablado de cómo la Divina Misericordia da forma al trabajo, a las comunidades parroquiales y a la espiritualidad personal y comunitaria. Cada martes de seis a siete de la tarde, en la parroquia hay una oración especial dedicada a la Divina Misericordia, una forma de hablar de la ternura de Jesús, como recuerda el Papa Francisco.
Basado en el reportaje de ABC Madrid: Parroquia Virgen del Mar: las urgencias alimentarias del barrio
El cardenal Osoro celebra un acto de desagravio en Virgen del Mar
Martes, 27 octubre 2020
En Madrid, en la parroquia Virgen del Mar, junto a la parada de Metro de San Blas, está el Santuario de la Divina Misericordia, donde se veneran una reliquia de Santa Faustina Kowalska y el cuadro Jesús, confío en Ti y hay la posibilidad de rezar con esta devoción en muchos momentos del día y con una oración semanal. Lo explica el párroco, Enrique Abanades García, en el informativo diocesano que conduce Álvaro de Juana.
En la madrugada del sábado al domingo, la parroquia Virgen del Mar, en San Blas, sufrió un robo y una profanación, después de que fuera forzada una de las ventanas.
Por el momento, el suceso se encuentra en manos de la Policía, que –desde un primer momento– se presentó en el lugar de los hechos, inspeccionó toda la iglesia parroquial y mostró su apoyo para esclarecer quiénes son los responsables.
El arzobispo de Madrid, cardenal Carlos Osoro, ha transmitido su dolor, su oración y su condena por esta profanación a toda la comunidad parroquial y este miércoles, 28 de octubre, a las 19:30 horas celebrará un acto de desagravio en el templo.
Oración de los fieles
Fue el párroco, Enrique Abánades, quien compartió la noticia con los feligreses a través de Facebook: «Un hecho así nos llena de dolor y de tristeza, sentimos que nos han violentado entrando así en nuestra casa común».
Jesús, detallaba, «nos muestra con tres cosas que podemos sentir: miedo, tristeza, rabia». «Miedo que pueda sucedernos algo más o que vuelva a pasar. Tristeza porque se han llevado al Señor y no sabemos qué harán con Él. Y rabia porque nos han dado un fuerte golpe como comunidad y como Iglesia», aseveraba.
Con todo, pedía, «dejemos que la luz de Jesús nos ilumine y nos muestre que todos los días hay profanaciones: en cada persona que es violentada, que sufre la violencia de cualquier tipo, que es explotada…». «No escondamos lo que sentimos, evangelicémoslo para que podamos crecer en el amor a Jesús, a la Iglesia y a los demás. Solo asi podremos crecer como familia de hijos de Dios, que solo saben perdonar, amar y entregar la vida. Esta es la mejor y única forma de llevar el Evangelio a los que nos rodean».
«Pidamos hoy a Jesús que evangelice nuestro corazón. Orad por la comunidad de Virgen del Mar y por aquellos que nos han herido de esta manera, para que se encuentren con el abrazo misericordioso de Dios y se conviertan al bien», concluía el párroco.
Basado en: Archidiocesis de Madrid – Infomadrid.
Nombramientos en la archidiócesis de Madrid
11 de septiembre de 2020
El Emmo. y Rvdmo. Sr. Cardenal D. Carlos Osoro Sierra, arzobispo de Madrid, ha realizado los siguientes nombramientos:
Párroco de Virgen del Mar:
D. Enrique Abánades García
Basado en: Iglesia Actualidad
Continúan en Virgen del Mar las sesiones de la Escuela de Vida de Cáritas Vicaría II
Febrero 1 de 2019.
Vidas que cambian otras vidas es el título de las jornadas formativas con las que se reanuda la Escuela de Vida del territorio de Cáritas Vicaría II. Se trata de espacios de encuentro con distintas posibilidades de reflexión desde lo que Cáritas es, cuidando motivaciones, actitudes y prejuicios, incluso cuestionando la realidad en la que se vive.
Los primeros arciprestazgos en celebrar estos encuentros son los de San Blas y la Blanca.
La próxima sesión se desarrollará el miércoles 6 de febrero, a partir de las 18:00 horas, en la parroquia Virgen del Mar (c/ Conserveros, 22). Bajo el tema Vidas rotas que nos evangelizan y liberan, se trabajará y reflexionará sobre el otro como sujeto de derechos y no como objeto de necesidades; otras vidas que nos evangelizan, enriquecen y cuestionan; otras vidas que nos hacen estar en camino como opción de fondo; y otras vidas que nos hacen admirar, recrearnos en la acción del Espíritu.
Basado en: Cáritas – Vícaria II – Archidiocesis de Madrid
José Luis Díaz Lorenzo presenta al párroco de Virgen del Mar
Martes, 25 septiembre 2018
El padre Francisco Hernández Nicolás, F.C., de los Hijos de la Caridad, ha sido nombrado párroco de Virgen del Mar (Pza. Peones, 3).
Tomará posesión el domingo 21 de octubre en el transcurso de una solemne celebración de la Eucaristía que dará comienzo a las 12:30 horas. Será presentado por el vicario episcopal de la II, José Luis Díaz Lorenzo.
Basado en: Archidiocesis de Madrid – Vícaria II
Ordenación de diáconos en la catedral de La Almudena
Viernes, 17 junio 2016 – Ordenación de nuestro Parroco: Enrique Abánades García.
Este sábado, 18 de junio, la catedral de Santa María la Real de la Almudena acogerá la solemne ceremonia de Ordenación de diáconos. Presidida por el arzobispo de Madrid, monseñor Carlos Osoro, la Misa dará comienzo a las 19:00 horas.
Los futuros nuevos diáconos son los seminaristas del Conciliar: Enrique Abánades García, José Raúl Blázquez Castillo, Miguel Juan Forcada Barrero, Ángel José Langa Hernando, Antonio López Solano, Javier Martín Langa, Tomás Olábarri Azagra, Julio Antonio Reñones Navarro, Carlos Alberto Rivas López, Juan Sánchez-Blanco Martín-Artajo y Leocadio Viedma Morillo.
Y los del Redemptoris Mater: Jesús Colado Rodríguez, Kamil Patryk Dyka, Javier Moya Ripoll y Pablo Pérez Ayala.
Además, se ordenará Miguel Silvestre Bengoa, de la Obra de la Iglesia.
Basado en archivos de Archidiocesis de Madrid – Infomadrid Vícaria II.
Hasta la iglesia más humilde genera servicios y voluntarios
Parroquia pobre y despoblada, pero sin que falte su Cáritas, su despensa y la Divina Misericordia
Julio 05 de 2012
La Parroquia de Virgen del Mar, en el barrio de San Blas, en Madrid, es pequeña y pobre. El barrio nació hace décadas, con inmigrantes que veían de zonas costeras. Después llegó la droga, que mató a una generación de jóvenes. Muchos se marcharon. Otros envejecieron. Hasta la droga parece haberse muerto. Hace cinco años llegaron emigrantes sudamericanos y algunos del Este, pero la mayoría se han vuelto a su país este año con la crisis.
Virgen del Mar es un ejemplo de cómo incluso una parroquia envejecida y poco poblada suscita servicios y busca evangelizar. Aquí está, desde 2005, el Santuario de la Divina Misericordia, por decisión del cardenal Rouco, que lo trasladó desde un barrio mucho más pudiente. El Santuario tiene un cuadro con el Cristo del que salen dos rayos, rojo y pálido (“Jesús, confío en ti”), un icono de Santa Faustina Kowalska y una pequeña reliquia de la santa polaca. El Santuario no mueve masas, pero sí atrae un goteo de devotos cada día y celebra los martes su Hora de la Misericordia.
Los feligreses y los pobres
Repasamos los números parroquiales para entender como funciona una iglesia pequeña: sus tres misas dominicales atraen a un total de 200 feligreses. Unas 60 familias se implican en la catequesis, y 45 familias necesitadas pasan de forma regular por la despensa parroquial para recoger comida.
Porque incluso una parroquia envejecida y despoblada como esta genera voluntarios de Cáritas y servicios. “Nuestra Cáritas parroquial ha vivido una avalancha de peticiones en el último año”, explica el padre Diego Martínez Linares. “Damos sobre todo alimentos y, en casos muy puntuales, donativos para pagar facturas. Pedimos que vengan a través de la asistencia social. Tenemos cuatro voluntarios de Cáritas estables en la despensa, y otros 3 les ayudan puntualmente”.
En la colecta de cada mes para Cáritas parroquial apenas se recaudan 200 euros: con ellos se pagan recibos de alquiler de familias necesitadas, o de luz, o incluso gafas y audífonos…
Vivir como un cura… con un ojo en las misiones
El padre Diego cobra 900 euros, lo estándar en las diócesis de la región de Madrid. Con eso ha de mantener la casa parroquial, electricidad, comida… “Intento ahorrar algo por si hay una emergencia de salud”, dice él. Pero la Hermana Sonia García, que como él pertenece a la Comunidad Misionera de San Francisco Javier no cree que ahorre mucho.
“Somos misioneros y nuestra comunidad opera tres hogares para niños abandonados en Perú y otros 2 en México. Siempre hay allí algún niño que se pone enfermo, o que necesita una operación, etc… y los que estamos en España tenemos que salir al frente”, explica el párroco. Siempre hay que rascarse el bolsillo, porque aunque en América hay benefactores que aportan comida y ropa, escasea el dinero para todo lo demás.
La crisis en barrio humilde
Antes de la crisis, esta pequeña Comunidad misionera conseguía que entre ayuntamientos y ONGs civiles en España pudiesen recaudarse hasta 30.000 euros en un año para apoyar esos hogares infantiles. “Pero este año apenas hemos conseguido 6.000 euros por esa vía”, explica Sonia.
“Cuando llegamos a esta parroquia hicimos alguna colecta para ayudar en los hogares de América, pero enseguida llegó aquí la crisis, este es un barrio muy humilde, y vimos que no podía ser”, recuerda el sacerdote. Después llegaron los inmigrantes hispanos y de Europa Oriental, los mismos que ahora se han ido.
El padre Diego intenta ir a Perú o México dos veces al año, uno o dos meses, para apoyar allí las obras de la comunidad.
“En América un cura no tiene ni sueldo, vive de lo que entra en la parroquia. Hay poco control sobre sus gastos y pueden darse abusos económicos. Si es una parroquia rica puede conseguir bastante. En España el cura sabe que tiene ese ingreso fijo, básico para todos”, explica.
La dura prueba del Alzheimer
Es ley de vida que los hijos vean envejecer a los padres, pero el padre Diego vive una prueba especialmente dolorosa en la actualidad. “Mi madre quedó viuda en Barcelona y me la traje a Madrid hace 15 años. Tenía su casa en Coslada. Ahora vive conmigo, para que la pueda cuidar, porque sufre una fase ya terminal de Alzheimer. Tiene llagas y está ciega. Es una enfermedad dura“, señala.
Le ayudan tres hermanas de la Comunidad de San Francisco Javier. Ellas se mantienen con un sueldo que cobran por trabajar en la Conferencia Episcopal. Siempre queda un poquito para apoyar las obras en América. Colaboran en pastoral, en liturgia, en la catequesis de los niños… Las otras colectas ordinarias se destinan a los gastos parroquiales. En un buen mes con donativos por bautizos y funerales (“porque aquí no hay bodas”) pueden recaudar otros 200 euros.
De la predicación, los voluntarios
Y luego están los voluntarios de la parroquia. Como Mercedes, una de las nuevas voluntarias de Cáritas. Con dos hijos ya crecidos, de 19 y 17 años, puede aportar tiempo. Dos veces que acudió a una oración de la Divina Misericordia escuchó al padre Diego predicando con pasión la necesidad de ayudar a los necesitados y se sintió invitada y movida por Dios a comprometerse. (Como predicador, el padre Diego está muy por encima de la media en España).
Mercedes se convirtió, pues, en uno de esos 900 nuevos voluntarios que Cáritas ganó en Madrid en 2011, pasando de 6.200 a 7.100. Las otras voluntarias de Virgen del Mar son mucho mayores: pueden organizar la despensa pero el ropero requería más fuerza física.
La señora Benedicta, por ejemplo, con 80 años, no sólo ayuda en la despensa parroquial sino en un programa municipal que enseña a coser a ancianos. “Ayer vino un chico pobre a la parroquia a pedir para un bono de transporte, y me decía que tenía una hepatitis en fase cuatro y yo pensaba: si tuvieras eso que dices no estarías tan sano como para estar aquí hablando conmigo”, explica. Los voluntarios mayores son gente buena, pero con mucho mundo a cuestas.
Así es la vida en una parroquia pequeña de barrio pobre y despoblado, una parroquia sencilla como tantas otras en el mundo.
Basado en el artículo de Religión en Libertad por: Pablo J. Ginés/ReL -05 Julio 2012
Origenes e Historia de nuestro Barrio San Blas.
Primeras parroquias en San Blas.
El origen del barrio está en la villa de Canillejas, que fue anexionada a Madrid en 1950, planificándose la construcción del barrio de San Blas hacia el 1958 con el fin de acoger a la inmigración que llegaba a la Capital y que estaba desbordando la ciudad a mediados del siglo XX.
La zona que ocupa actualmente San Blas estaba mayoritariamente ocupada por campos de cultivo existentes en la periferia de la ciudad, por lo que el barrio apenas tiene pasado histórico. La llegada de cientos de inmigrantes en busca de trabajo hizo que creciera rápidamente como lugar de asentamiento. Es un distrito obrero cuyos primeros habitantes proceden fundamentalmente del centro y del sur de España. Se dice que recibió el nombre de San Blas como homenaje al entonces ministro de la Gobernación, Blas Pérez.
En el plano de Ibáñez de Ibero, de 1875, se observa que toda la zona era campos de labor. Tan sólo existía un pequeños núcleo de población: Canillejas, pueblo independiente con ayuntamiento propio y los restos del caserío de Ambroz, despoblado en la Edad Media. Y así permaneció el aspecto del distrito hasta que, en 1962, los campo de labor empezaron a ser ocupados por industrias y colonias de viviendas. Por tanto, Canillejas es el único antecedente de población en todo el distrito.
Canillejas pertenecía en el siglo XVIII al marqués de Canillejas. Tenía una población de 12 vecinos. Al norte del caserío se encontraban dos quintas: la de la Piovera (hoy barrio del distrito de Hortaleza) y la quinta de los Quiñones. Otra de las quintas era la de Canillejas, perteneciente al marqués de Suances. Tenía dos prados, el de la Dehesilla y el Pradillo. Todo el resto del término era tierra de cultivo. En otoño sus habitantes padecía de terciana y cuarteranas (especie de paludismo que se repetía cada tres y cuatro días, respectivamente) que se curaban con quina y purgas. Producía legumbres y cereales de escasa calidad. Tenía una fábrica de albayalde o carbonato de plomo, también conocido como blanco de plomo, que se emplea para la fabricación de pinturas, regentada por los Cinco Gremios de Madrid.
La población de la villa de Canillejas fue creciendo. Con el tiempo estaba regida por un alcalde ordinario, un regidor, un procurador síndico-general, y un alcalde de la Santa hermandad. La iglesia de Canillejas era un anejo de la de Canillas y estaba bajo la advocación de Santa María la Blanca. El significado del topónimo Canillejas es similar al de Canillas (una de las acepciones dice que procede de canilla o caña).
San Blas nació en 1958 cuando el IVIMA (Instituto de la Vivienda Madrileño), a través de la Obra Sindical del Hogar, comenzó la construcción de las primeras viviendas. Para que el barrio resultara variado, cada parcela de edificación -de diferente tamaño- fue encargado a un arquitecto diferente. Estas parcelas se denominaron por medio de letras: C, D, E, F y G. Posteriormente añadieron las parcelas H y San Blas 2. En total se construyeron más de 40.000 viviendas en San Blas y en el Gran San Blas. Las parroquias más antiguas son las de San Blas (c/Alconera, 1) y San Joaquín (c/Amposta, 24). Luego se llevaron a cabo a mediado de los años 80 las otras dos iglesias para complegtar a la Unidad Pastoral del Gran San Blas: Virgen del Mar y Virgen de la Candelaria.
Cientos de feligreses acudian cada domingo a las misas dominicales con sus familiares ya que la mayoria de la población tenia descanso pues era obrera.
El primer núcleo del barrio está formado por viviendas pequeñas construidas con materiales de baja calidad. En los primeros años, los comercios escaseaban en el barrio, tan sólo existían los vendedores ambulantes por lo que la mayoría de la población tenía que salir fuera de barrio para abastecerse. Generalmente acudían a la zona de la Cruz de los Caídos donde podían hacer la compra diaria.
En la actualidad numerosos comercios y centros comerciales abastecen la zona.
Fuente: Historia de los distritos de Madrid. Ciudad Lineal y San Blas Mª Isabel Gea Ortigas